de Lugris en A Coruña. Se presenta en la Sede Afundación y está desde el 31 de marzo finalizando el 3
de septiembre. Esta exposición recoge una serie de obras dando un repaso al
trabajo realizado por Urbano Lugrís (A Coruña, 1908-Vigo,1973) como decorar de
espacios y superficies.
La procedencia de sus obras vine por
la Colección de Arte ABANCA y la colección de Arte de Afundación sumándose
otras obras que pertenecen a colecciones públicas y privadas como la Xunta de
Galicia, el Parlamento de Galicia, Museo de Pontevedra, Universidad de Santiago
de Compostela…
Esta muestra está comisariada por
Rubén Ventureira, periodista e investigador de la obra del artista, para
reivindicar la figura de Urbano dentro de la historia del arte gallego.
GALAXIA |
«Lugrís, paredes soñadas» recoge un
total de 106 obras, muchas de ellas nunca exhibidas, como el boceto realizado
por el artista para la iglesia de San Pedro de Visma (un proyecto que
finalmente no llevó a cabo); el óleo Stella Maris, para la Cofradía de
Pontedeume; los vidrios decorativos de una celosía diseñados para una vivienda de
A Coruña; un gran mural que pintó en el Sanatorio Álvarez, en Santiago de
Compostela; o dibujos de letras y de otro tipo que hizo para la revista Vida
Gallega.
Entre las obras expuestas destacan las
realizadas por el pintor para decorar espacios tan variados como el
desaparecido Hotel Embajador (A Coruña), la iglesia de Vilaboa (Culleredo), el
Gran Hotel de Vigo o la fábrica de conservas Massó (Bueu), entre muchas otras.
Destaca también el Retablo del descubrimiento, un políptico compuesto por trece
tablas procedente del antiguo Instituto de Cultura Hispánica de Madrid que hoy
se encuentran en la sede de la Agencia Española de Cooperación Internacional
para el Desarrollo.
Otra de las novedades de esta
exposición es la posibilidad de realizar un tour virtual por las desaparecidas
pinturas del retablo de la Capela dos Santos Reis de Bueu, un proyecto que el
propio Lugrís definió como su «obra integral como artista», ya que él mismo
trazó los planos y diseñó su ornamentación. Fuente: www.afundacion.org (pincha aquí y podrás
ver una muestra de esta maravillosa exposición).
El retablo
se compone por trece tablas pintadas al óleo. Doce de ellas tienen las mismas
dimensiones (74x74cm) y la central de mayor
dimensión que representa en la parte superior a La Virgen del Carmen (la
patrona de los marineros preside y centralia el conjunto).
En el resto
de tablas se pueden observar motivos y elementos marinos que decoran los marcos
de cada pintura a modo trampantojo: medusas, hipocampos, conchas, orejas de
mar, perlas…
En algunos
tablas así como la parte inferior de la tabla central pinta sus mares de color
azul intenso, verdes.. colores puros cubiertos de escamas que simulan las olas
aunque el océano es plano y está en calma.
Hay otra
tabla, bellísima, titulada Galaxia. Sobre la nao de tres palos aparece el fuego
de San Telmo. No olvidemos que Lugris observa la realidad y la pinta según la
entiende y la percibe el, por tanto, su obra ceñida a la técnica pero
interpretada con algo de surealismo nos transporta a una realidad infantil,
pura y , en ocasiones, tenebrosa.
Su tabla
llamada tenebrosum aparece cubierta de monstruos marinos, el mar que el artista
pinta desde tierra está a menudo interrumpido por islas de perfiles sinuosos o
formaciones rocosas agrestes, que se muestran a ambos lados , como si fuera de
un telón.
Me ha
parecido una exposición interesante, bonita y que nos ofrece una amplia visión
de lo que era el artista y lo que quería representar. Su visión de mundo según
su ojo y su creatividad.
Pero no
solo fue pintor; la pintura es la versión plástica de su mundo interior si bien
ambas disciplina, literatura y pintura, están profundamente unidas, siendo el
mar la temática preferida y más empleada en sus composiciones. En uno de sus
ensayos publicados en 1943, escribía: (…) “Por el mar se viene
y se va, y nunca
se retorna, y nos vamos de nuevo para volver a retornar, eternamente cautivos y
viajeros en sus campos, largos campos que aran coordenadas, astros, navíos y
los muertos. Por sus tendidos senderos y dispersos se pasean con áncoras y
alas, con sangres y risas. Por eso, como la rosa, somos así de aventurados y
tristes y alegres los hijos de este nuestro entrañable mar; giróvagos varones
con una quilla en el corazón.” (…) “A mi pintura le sucede lo que a la
literatura de Alvaro Cunqueiro: somos dos ejemplares celtas con un gran mundo
interior que necesitamos extroverter valiéndonos de la producción artística”.
Su obra es
fascinante e invito a visitar esta exposición. Merece la pena.
Montserrat
A.
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